Las estanterías llenas de polvo que harían estornudar a una estatua de marmol, los libros polvorientos colocados desordenadamente. Siguiendo un caos que se compone de miles y miles de colores y de letras de todo tipo, con los lomos de los libros raídos y viejos. Con millones y millones de títulos, capítulos, páginas...
Me llamaban insistentemente, millones de voces que sonaban lejanas en mi mente, queriendo relatar historias, me subí a la banqueta y cogí al azar un libro, su cubierta estaba gastada y era de un rojo débil. Las letras semi borradas rezaban el título; 'Misery'. ¡Cuanto tiempo! Este libro me regaló las mejores noches de insomnio y mis mejores temores. Me regaló el placer de la ansiedad, el deber de leer más y más hasta llegar a la palabra FIN. Pero, ¿cómo podía haver olvidado aquél libro al fonde de una polvorienta estantería? No obtuve respuesta.
Siempre sentí predilección por este libro. Siempre me decidí por dejarme envolver por las bellas palabras de Stephen King. Desde el más horroroso terror, al más delicado asesinado, pasndo por millones de historias con lógica encubierta.
Lo abrí por una página al azar, cualquiera, y leí...
"No seré capaz de escribir ahora, de todos modos..."
I sin embargo me dió una brillante idea, yo me senté frente al ordenador y lo encendí.
Me dije a mi misma:
'Si puedo escribir'